miércoles, 5 de octubre de 2011

Para mi angel caido...

Mientras contengo mi aliento
y la plata llena mis ojos
la beso inmóvil
pues nunca se alzará.


En mi débil cuerpo
yace su mano moribunda
a través de esas praderas del cielo
por donde corrimos


Como un ladrón en la noche
El viento sopla tan liviano
guerrea con mis lágrimas
que no se secarán en muchos años


La flecha dorada del amor
tras ella debería haber corrido
y no el dardo de ébano de la muerte
para dejarla muerta.

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